Psicomotricidad

La psicomotricidad relacional es una práctica de intervención que surge de André Lapierre y Anne Lapierre, desde la cual se acompaña a los niños y niñas desde una mirada empática y respetuosa, favoreciendo sus dificultades y potenciando sus competencias. Se parte del ofrecimiento de un espacio cuidado, afectivo y asegurador, en el cual los niños y niñas pueden expresarse mediante el juego libre y espontáneo, desarrollando juegos presimbólicos, simbólicos, estructurados, o reglados en edades mayores, etc.
En la sesión de psicomotricidad relacional entra en juego varios aspectos importantes, como la figura del psicomotricista, el cual requiere de una formación específica, siendo este un/a acompañante del juego de niños/as; los materiales, que van a favorecer el establecimiento de relaciones con los otros, la creatividad y la imaginación; y la estructura de la sesión (momento de entrada, momento de juego, vuelta a la calma, y momento de representación), que dan un soporte estructurante durante la sesión.
En este sentido, desde nuestra sala de psicomotricidad relacional, acompañamos a niños y niñas de diferentes edades en todas las áreas de su desarrollo, potenciando aquello que les hará únicos y únicas, mediante un marco de seguridad afectiva desde el cual el adulto les acoge desde la empatía, el respeto y la firme creencia del cuerpo y el juego como instrumentos de relación.
Todo ello, crea un espacio-ambiente que ayuda a desarrollar y estimular los aspectos motrices, emocionales, sensoriales, conductuales, cognitivos, comunicativos, etc.